domingo, 6 de enero de 2008

LA SALUD DEL PACTO

ENTRE DIMES Y DIRETES

-Rumores-
Rondan mas que rumores sobre el mal estado de salud que sufre el pacto que los concejales elegidos en las municipales por el PSOE y PP suscribieron para gobernar en Gaucín.
Cuesta entender que los que se dedican a la actividad política en nuestro pueblo sean personas con tan poco sentido de la responsabilidad, con tan poca integridad personal, que con descaro nos piden el apoyo a los vecinos a través del voto y luego lo usan a su antojo para saciar sus iras, para regularizar sus situaciones personales y para sanear sus estados económicos.
Muestran una y otra vez que carecen de la mínima vergüenza y honradez personal como para, cuando la situación no es acorde con los principios por los que ha empezado su trabajo, dimitir y dar paso a otra persona que continúe con el proyecto inicial, en vez de “venderse”.

-Análisis-
Hace siete meses se produjo un pacto entre los concejales de dos partidos liderado por una persona que a priori parecía tener gran interés por mejorar Gaucín y además parecía que podía y tenía capacidad para llevar a cabo un proyecto respaldado por la opinión –y el voto- de muchos vecinos de Gaucín, máxime cuando los dos partidos lo habían aireado a los cuatro vientos en la campaña.
El resultado, a la vista de los vecinos es bien distinto, hemos pasado de tener un gobierno municipal en el que el desbarajuste estaba motivado por un sin fin de irregularidades a otro gobierno municipal en el que el desbarajuste lo ocasiona la falta de interés, la ignorancia, los tendenciosos consejeros...
Hemos pasado del idílico paraíso que falsamente nos pintaban los anteriores gobernantes a un aparente infierno donde todo el mundo está descontento, donde no existe método en el gobierno, donde los gobernantes se disputan las opiniones y, mientras tanto, los funcionarios toman las decisiones.
Tenemos un alcalde que, no sabemos si por falta de interés o de habilidad, lejos de gobernar (Mandar con autoridad o regir algo. Guiar y dirigir) se ha limitado a repartir sueldos y puestos, pretendiendo que estas personas, sin guía ni proyecto, sean las que gobiernen el pueblo.
Y es que “el parón” va ya por siete meses, de acuerdo que era necesario poner en conocimiento del pueblo la situación económica del ayuntamiento, y los enigmas en que nos hallábamos inmersos, pero hecho esto hay que ponerse manos a la obra, y los vecinos esperan hechos, no palabras ni encomiendas divinas. A la vez que se planifican proyectos de mas calado que mejoren nuestro pueblo, hay que acometer lo cotidiano, lo que llega de inmediato a la gente, arreglar los boquetes en las calles, ordenar el tráfico, (progresivamente, no de forma impulsiva para a los cuatro días pasar a un estado peor que el anterior) y sobre todo medir las consecuencias de las decisiones, que las torres no se hacen en un día. Los vecinos no somos tontos, no podemos pasar de la “espectacularidad” –aunque haya sido tendenciosa- del pasado a la miseria del presente, acaso no da vergüenza ajena ver esas luces de navidad puestas con tan… “poco arte” o esa mata delante de la fuente haciéndose pasar por árbol de navidad, y como eso, miles de cosas.
Se ha prestado demasiado oído a “los consejeros y las consejeras”, haciendo como buenas opiniones que estaban cargadas del odio acumulado en los últimos años.
La situación actual no es fruto de la casualidad, es fruto de la desidia, del abandono, de la falta de análisis de la situación, de la falta de consenso para reconducir las situaciones y, por supuesto, de no valorar en su justa medida las capacidades de cada uno de los actores, todo el mundo no es igual ni puede hacer lo mismo que otro, quien es un zoquete, es un zoquete, aunque sea la mejor persona y tenga el mejor corazón del mundo, no se le pueden pedir peras al olmo. Hay que colocar y atribuir a cada uno lo que su capacidad física e intelectual puede desarrollar.
Porque ahora, llegado el momento, colmado el vaso, ni “el pequeño constructor”, ni “pedrito”, ni “Camila”, ni “el churro”, ni “la peluquera” reconducen la situación, ahora le dais, por la mala cabeza, el protagonismo a la oposición.

-Soluciones hay-
La solución no puede pasar por quedarse con los brazos caídos viendo como se “compran y se venden” intereses a cambio de un voto.
La solución no puede pasar por quedarse impasible ante la decisión del concejal del PP de venderse a la oposición, una rabieta no puede desencadenar esa situación entre personas adultas. Acaso ya este concejal ha olvidado la barbaridad de insultos, calumnias, acusaciones, que le han propiciado los que ahora se quieren sentar al regazo de su sillón. «Izhar», su comandante y su séquito no han dejado ni un pelo sin embarrar de este concejal y ahora le ofrecen agua de azahar, oooo… es que hay algo más que agua.
La solución tiene que pasar por reconstituir el pacto, sentarse las partes, analizar la situación, forzar un consenso y ejecutarlo. Las cartas boca arriba y sobre la mesa y cada uno que de su brazo a torcer lo que sea preciso para cumplir con el compromiso que han adquirido con el pueblo, y el que asumió una responsabilidad y ha embarcado a unos pocos, ¡que apechugue!, y si no quiere meter el hombro hasta el fondo que “pase la bola” que “las medias tintas” nunca fueron buenas. Y “los consejeros y las consejeras” que abandonen el rencor del pasado y trabajen con entusiasmo para desarrollar un proyecto de futuro para el pueblo, y el que le venga grande trabajar por los demás pues lo mismo, que “pase la bola” que “en la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”.
Coged el año por el principio y el toro por los cuernos que los vecinos de Gaucín también nos merecemos “reyes”.